Actualmente, nadie pone en duda los múltiples beneficios que tiene la lectura.
Además de ser la principal fuente de acceso a los conocimientos a los niños les aporta:
Ampliación de vocabulario, ya que van descubriendo palabras nuevas.
Mejora y riqueza de la expresión, (relacionado, también, con el aumento de vocabulario).
Desarrollo de la imaginación y creatividad, tanto si son ellos los que leen, como si sólo escuchan las lecturas.
Mejora de la comprensión lectora, una de las claves para conseguir el éxito académico.
Aumento de la concentración. Leer supone una atención que hace que aumente esta capacidad.
Mayor número de estrategias conductuales. Los muchos personajes de los libros nos van mostrando diferentes maneras de actuar y de relacionarse.
¿QUÉ PODEMOS HACER DESDE CASA?
- Los niños deben vernos leyendo con frecuencia, solos o acompañados, en diferentes situaciones, para poder contagiarles el placer por la lectura.
- El papel de la familia es fundamental para despertar la curiosidad en los niños. Debemos contarles qué son esas hojas llenas de textos y dibujos, para qué las utilizamos, sus funciones y sus diferentes usos en la vida cotidiana.
- Responder a sus inquietudes. Éstas se manifiestan mucho antes de que aprendan realmente a leer. Los niños tienen infinidad de preguntas sobre las letras y sus significados, carteles, etiquetas, cuentos, letreros, etc. Debemos estar atentos a ellas y respondérselas con naturalidad. No quiero decir que les tengamos que enseñar a leer, pero sí ir saciando su curiosidad espontánea a medida que aparezca.
- Leamos cuentos, contemos cuentos. No se puede amar lo que se desconoce. Si no les contamos cuentos, historias fantásticas, relatos emocionantes...difícilmente encontrarán placer en la lectura. Desde edades tempranas debemos favorecer el contacto con la literatura: cuentos, poemas, canciones, etc.
- Crear un clima agradable y relajado para realizar una lectura compartida en voz alta, con el texto presente, donde despertemos, a través de los relatos, diferentes emociones, es la mejor manera de inculcar el amor por la lectura.
La lectura no puede ser una obligación. Si queremos formar buenos lectores, amantes de la lectura, poco conseguiremos con imposiciones. Complicidad y sugerencia son mejores aliados: compartir lecturas con los niños en un ambiente relajado y sosegado. Visitar bibliotecas. Dejar que escojan los libros. Respetar los gustos. Que los libros estén presentes en momentos gratificantes. Leerles trocitos de nuestros libros si sienten curiosidad. Intercalar el papel de oyente y lector. Y sobre todo, dar la opción de la lectura buscando el equilibrio entre las numerosas actividades que hacen durante el día.
- El apoyo de los padres es fundamental durante toda la formación como lectores. A veces, les hacemos más caso en los períodos iniciales de aprendizaje y después les dejamos solos. Aprender a leer no es un proceso fácil, es un período largo que abarcará toda la educación primaria o más y debemos estar atentos porque en cualquier momento podrían surgir dificultades.
- Recordar que leer sin comprender, no es leer. Leyendo con ellos descubriremos qué les gusta, qué saben y dónde encuentran problemas. Sólo de esta manera podremos buscar formas adaptadas de fomentar el gusto por la lectura y mejorar sus habilidades.
- Por último, cualquier ocasión es buena para llegar a un libro: un tema de actualidad, una película, un personaje, un sueño, etc. En la familia se producen numerosas ocasiones en las que se pueden regalar libros: cumpleaños, navidades, vacaciones, etc. Podemos regalarlos sin motivo aparente, por sorpresa o como muestra de cariño. También podemos recorrer bibliotecas o intercambiarlos entre la familia o amigos. Si lo comparamos con otras actividades de ocio, la lectura no es tan cara.
- APRENDER A LEER, CUANTO ANTES MEJOR?
- LA LATERIDAD Y LOS PROBLEMAS DE APRENDIZAJE
Un saludo.
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