Una herramienta imprescindible para trabajar la fortaleza emocional en los niños desde pequeños son los límites.
¿Por qué esa necesidad de poner límites en la educación de nuestros hijos? La misma pregunta nos está dando una respuesta, porque estamos educando.
No confundamos el "autoritarismo" con la "autoridad". Los padres autoritarios exigen la obediencia incuestionable sin aceptar ningún comportamiento u opinión que les contradiga. Sin embargo, los padres con autoridad ejercen un firme control de la conducta cuando es necesario, explicando su posición mientras respetan los intereses, opiniones o diferentes personalidades de sus hijos.
Si las familias no pusieran normas y límites y cedieran ante todos los deseos de sus hijos estarían ofreciendo un modelo erróneo, enseñándoles que pueden hacer siempre lo que quieren (cosa que en un futuro no pasará) y obviando la difícil tarea de aprender la gestión y el manejo de la frustración.
Cuanto mejor es que aprendan a soportar el sufrimiento de no obtener un juguete o la comida que les apetece, que no llegar a adultos y descubrir la difícil realidad de la vida sin tener ninguna herramienta para enfrentarse a ella. "Os invito a reflexionar sobre este tema".