sábado, 26 de septiembre de 2015

LÍMITES Y CONSECUENCIAS. NO CASTIGOS

Una herramienta imprescindible para trabajar la fortaleza emocional en los niños desde pequeños son los límites.
 
¿Por qué esa necesidad de poner límites en la educación de nuestros hijos? La misma pregunta nos está dando una respuesta, porque estamos educando.
 
No confundamos el "autoritarismo" con la "autoridad". Los padres autoritarios exigen la obediencia incuestionable sin aceptar ningún comportamiento u opinión que les contradiga. Sin embargo, los padres con autoridad ejercen un firme control de la conducta cuando es necesario, explicando su posición mientras respetan los intereses, opiniones o diferentes personalidades de sus hijos.
 
Los niños necesitan sentirse libres y autónomos pero dentro de unas reglas y límites.
Si las familias no pusieran normas y límites y cedieran ante todos los deseos de sus hijos estarían ofreciendo un modelo erróneo, enseñándoles que pueden hacer siempre lo que quieren (cosa que en un futuro no pasará) y obviando la difícil tarea de aprender la gestión y el manejo de la frustración.
Cuanto mejor es que aprendan a soportar el sufrimiento de no obtener un juguete o la comida que les apetece, que no llegar a adultos y descubrir la difícil  realidad de la vida sin tener ninguna herramienta para enfrentarse a ella. "Os invito a reflexionar sobre este tema".

sábado, 19 de septiembre de 2015

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y SUS RIESGOS EN LOS JÓVENES

Aprovecho que estoy preparando este material en el trabajo para hablaros de este tema tan presente en la vida de todos.
Sin duda las Nuevas Tecnologías están contribuyendo a aumentar nuestra calidad de vida, facilitarnos el acceso a la información, gestiones o comunicaciones a distancia, reducir el tiempo empleado en desplazamientos y ofrecernos más opciones de entretenimiento, entre otros muchos aspectos.
Internet, los teléfonos móviles y los juegos interactivos tienen innegables beneficios que han contribuído a su rápida implantación en la vida cotidiana, pero es cierto que hacer un uso inadecuado de ellos implica riesgos para los más jóvenes.
Al final del artículo encontraréis pautas de prevención para las familias, pero primero me detendré en dos de los riesgos que considero más peligrosos:
"Adicción a las Nuevas Tecnologías": se utiliza este término cuando aparecen conductas similares a las que presentan personas con adicción a las drogas o al juego patológico.
"Ciberbullying o Acoso Escolar" a través de internet: se origina principalmente a través de las redes sociales y diferentes canales de comunicación.

martes, 8 de septiembre de 2015

EL RECIÉN NACIDO: POSTURA ADECUADA Y ESTIMULACIÓN SIMÉTRICA

La posición más correcta en la que debemos colocar a un recién nacido es tumbado boca arriba, así facilitaremos el movimiento libre de la cabeza hacia los lados y la adaptación del cuerpo al plano de apoyo. Hay que evitar por todos los medios la postura de tumbado boca abajo.

El ser humano cuando nace está replegado sobre si mismo  porque ha tenido que adaptarse a una cavidad limitada dentro de la barriga de la madre, hasta el punto que si estiramos sus extremidades y soltamos volverán hacia atrás como si fuera un muelle.  Durante los cuatro o cinco primeros meses de vida poco a poco se irá desplegando.

Cuando el bebé está boca arriba se activa el tronco cerebral y va recibiendo mucha información sobre las diferentes partes de su cuerpo y su posición. Todo esto le ayuda a que se produzcan vías de conexión neural.

martes, 1 de septiembre de 2015

LA IMPORTANCIA DE ADQUIRIR BIEN EL HÁBITO DEL SUEÑO

He elegido este tema como el primero porque me encuentro muchísimos niños con problemas derivados de hábitos mal adquiridos del sueño y/o de escasez de horas de sueño de calidad.
Dormir bien es un hábito que se aprende y los niños deben aprender a hacerlo solos al igual que el resto de los hábitos. Aunque solemos tener claro que queremos que nuestros hijos aprendan a vestirse, a comer, etc, de manera independiente, es curioso como en ocasiones, no pasa lo mismo con el tema del sueño.
En rasgos generales, un niño desde el año hasta los seis años debe dormir de diez a doce horas por la noche y hasta que no finaliza la adolescencia (recordemos que el cerebro todavía está desarrollando su parte prefrontal) no menos de nueve.