domingo, 29 de noviembre de 2015

LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es una etapa muy importante en la vida porque es el período de transición de la infancia a la edad adulta.
 
Generalmente, da comienzo hacia los 12 o 13 años pudiendo llegar a finalizar entre los 19 o 20 años. En esta etapa se desarrollan y establecen características fundamentales para una persona, como es "su personalidad".

Supone cambios físicos, psicológicos y sociales. Los primeros son evidentes en la pubertad. Mucho más sutiles y de expresión más lenta son los cambios derivados de las nuevas estructuras de pensamiento y nuevas necesidades personales y emocionales.

Como resultado de la confluencia de todos estos cambios el adolescente conforma su "propia identidad personal".

CARACTERÍSTICAS

Establecen marcadas diferencias con el mundo adulto: tanto en lo externo (vestimenta, lenguaje) como en lo interno (ideología, pensamientos). Esto deriva en muchas ocasiones en confrontación y rebeldía.

Se encuentran con sentimientos contradictorios: sienten urgencia de ser autónomos, actuar según sus propias convicciones, pero por otro lado, siguen necesitando sentirse arropados por su familia y que les mimen y cuiden como siempre lo han hecho.

La rebeldía: es la expresión de ese encontronazo entre sus necesidades de libertad y de protección. Es su manera de expresarnos que están buscando su propia personalidad, que les permitirá reconocerse como individuos capaces de tomar sus propias decisiones.
 
Necesidad de independencia y autonomía: a lo largo de este período la buscarán intensamente. Es posible, que para lograrlo se obliguen a ser diferentes y con opiniones contrarias a los adultos, (especialmente a los adultos de su círculo cercano).

Esa actitud tan radical se irá suavizando a medida que se vaya regulando este proceso y vayan ganando confianza en sí mismos. Es decir, cuando ya no necesiten demostrar que son diferentes porque se han dado cuenta que les aceptan y que también ellos/ellas se acepta a sí mismos.

Los amigos y compañeros cumplen una función fundamental en el desarrollo de la identidad, se convierten en "su grupo":
  • El único con el que no necesitan rebelarse porque están en el mismo equipo.
  • Ocupan el vacío emocional que dejan los padres.
  • Tienen una función terapéutica al convertirse en un elemento de escucha, donde comparten lo que les pasa y se sienten comprendidos y protegidos.
Según vayan madurando, su sentido de la amistad y de pertenencia al grupo también va a ir evolucionando.
 
No obstante, tener amigos siempre es indicador de buen equilibrio personal. Las relaciones de amistad permiten el aprendizaje de habilidades sociales, la comprensión del punto de vista del otro, apoyo emocional en las dificultades y ayuda ante los problemas.
 
Por sus características evolutivas, con el fin de experimentar, su comportamiento está orientado al riesgo (Ver artículo relacionado: Las nuevas tecnologías y sus riesgos en los jóvenes). En este sentido, es importante que las familias promuevan medidas de protección como:
  • Un alto grado de comunicación, que les ayude a calcular a priori las consecuencias de sus actos.
  • Alternativas de ocio, que les ayuden a canalizar de manera segura y controlada la búsqueda de nuevas sensaciones (deportes, música, talleres, etc).
  • Supervisión y establecimiento de normas y límites. (Ver artículo relacionado: Límites y consecuencias. No castigos
  • Buenas relaciones afectivas en la familia.

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