sábado, 14 de noviembre de 2015

EMPEZAR A DORMIR SOLO

Como ya os he comentado alguna vez, muchos casos de los que atiendo tienen que ver con problemas derivados de hábitos mal adquiridos del sueño.
 
Muchas familias acuden a mí buscando asesoramiento sobre cómo enseñar a sus hijos a dormir solos, en su propio cuarto y de manera autónoma.
 
Y es que, cuando un niño a cierta edad depende de sus padres (o de un adulto) para dormir, en muchas ocasiones, acaba afectando al descanso de toda la familia e incluso a la vida de pareja.
 
Vuelvo a repetir, dormir bien es un hábito que se aprende y los niños deben aprender a hacerlo solos, al igual que el resto de los hábitos. No hacerlo así puede derivar en insomnio infantil con sus perjudiciales consecuencias (ver artículo relacionado: La importancia de adquirir bien el hábito del sueño ).
 
PAUTAS PARA EMPEZAR A DORMIR SOLO
 
Lo primero, estar convencidos que lo que hacéis es lo mejor para él o ella (si no es así, mejor que no lo intentéis. Os costará tiempo y esfuerzo y no conseguiréis nada).


Lo más importante es que una vez tomada la decisión deberéis manteneros firmes. Si vuestro hijo/a ve que dudáis lo notará y se aprovechará de ello.
 
Los adultos trasmitimos nuestra actitud a los hijos. En este caso debe ser de tranquilidad y seguridad de estar enseñándoles algo bueno.
 
Para hacer el cambio más fácil, haz su cuarto atractivo para él/ella. Decora las paredes con sus personajes preferidos o con sus dibujos. Que tenga allí sus juguetes y sus cosas importantes. Haz que se sienta cómodo en su habitación y que quiera pasar tiempo allí.
 
Si ya no es un bebé es importante explicarle lo que vamos a hacer y el motivo: "papá y mamá te quieren enseñar a dormir solo para que descanses mejor, porque ya te estás haciendo mayor...igual que has aprendido a vestirte solo y a comer". "Aunque ahora yo duerma con papá, porque somos mayores, de pequeña también me enseñaron a dormir sola, como a todos los niños de tu edad, en mi cama y en mi cuarto".
 
Puesto que los hábitos se asocian a elementos externos vamos a hacer que estos sean fijos, es decir, que no sean personas. Se trata de que cada vez que se despierte vea los mismos elementos, todo esté igual y se sienta tranquilo y seguro para volverse a dormir. Si se ha acostado con papá o mamá y al despertarse no están o se descubre en otra habitación, se desvelará e irá a buscaros.
 
Ayuda mucho sustituir a la persona por un peluche que le guste, que pueda abrazar y que si se desvela siga allí. Explicarle la finalidad del peluche ("a partir de mañana vas a dormir con fulanito") y que sea el niño quien lo escoja, bien de los que tiene o bien podéis ir a comprarlo juntos.
 
Las rutinas previas antes de ir a la cama deben ayudar a relajarse, es importante que se apague la t.v. y que se cree un ambiente sosegado y en calma. Se puede jugar a algo tranquilo o leer un cuento.
 
Como está acostumbrado a dormir con sus padres, la primera noche le podemos acompañar para que el cambio no sea tan brusco. Nos podemos sentar o tumbar en la cama, advirtiéndole que sólo nos quedaremos hasta que se duerma. Debe dormirse abrazado a su peluche, no a nosotros. El objetivo es que amanezca sólo en su cama, lo cual reforzaremos efusivamente: "que bien lo has hecho".
 
Es probable que las primeras noches se despierte y se meta en vuestra cama. No pasa nada. Le vuelves a explicar las normas con tranquilidad y le acompañas a su cuarto, esperando a que se duerma (sin mucha conversación para no romper la tranquilidad).
 
Poco a poco vamos poniendo mayor distancia. Después de unos días (dos o tres), cuando llevemos al pequeño a su cuarto, le decimos que se meta en la cama, le damos las buenas noches y nos sentamos en una silla en vez de en la cama. De esta manera favorecemos que el niño concilie el sueño sin contacto físico.
 
El objetivo final es salir del cuarto antes de que el niño se haya dormido, para que no asocie el sueño a la presencia de un adulto y por lo tanto pueda ser autónomo.
 
Por supuesto, reforzar cada noche que duerma solo. No se trata de que le hagáis un regalo cada día sino de que alabéis sus logros o le deis un fuerte abrazo.
 
"Tener paciencia, ser muy constantes y sistemáticos. Los cambios son lentos, pero los niños aprenden".
 
 
 
 


 

2 comentarios:

  1. Es cierto que el mal dormir te vuelve tarumba.
    Por experiencia propia, es difícil cambiar los hábitos y dar el primer paso, pero despues de dormir una noche "de seguido" te das cuenta que es lo mejor para tod@s.
    Saludos

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