domingo, 18 de octubre de 2015

EL NIÑO QUE NO COME

Aprovechando que el 16 de octubre ha sido el Día Mundial de la Alimentación he querido dedicar esta semana a explicar uno de estos casos que tanto preocupan a las familias "cuando el niño no come".

Y una vez más volvemos a hablar de hábitos: Comer bien es un hábito que se aprende.
Cuando un niño deja de comer puede estar reflejando ciertas dificultades para adaptarse a su vida cotidiana. (Hay que estar atentos al estado emocional).
No comer puede ser un argumento importante para llamar la atención del adulto y tener un rato de protagonismo.

Muchos niños pasan por etapas de inapetencia alguna vez y la mayoría de las veces se resuelve de manera espontánea. A los adultos (especialmente a las madres) les suele producir mucha angustia ver que su hijo no come. Temen no poder cubrir la primera de las necesidades básicas: estar alimentado.

Un niño sano que dispone de comidas regulares y variadas, aunque coma muy poquito, es muy difícil que esté mal alimentado (ante la duda consultar al pediatra). Sin embargo, es habitual en los niños que comen mal que se den problemas de obesidad por hábitos mal adquiridos.
 
ORIENTACIONES PARA MEJORAR EL HÁBITO DE COMER
 


Es muy importante que los niños aprendan que el objetivo de comer es saciar una necesidad propia y no una del adulto (cuidado con el chantaje emocional). Por eso, no suele ser beneficioso castigarle, insistirle, premiarle o amenazarle. "Comiendo no nos hace ningún favor".
También es importante que no vea el hecho de "no comer" como un medio para conseguir un fin (la t.v, un premio o una comida que le gusta más).
 
El hábito de comer, como todos los hábitos, se asocian a elementos externos y se adquieren a base de rutinas que les facilitan el aprendizaje y les dan seguridad. Por eso se debe comer siempre en el mismo sitio y a la misma hora.
 
El lugar más adecuado es en una mesa, sentado y sin distractores (sin tv, sin juguetes, etc). Con los distractores lo único que conseguiremos será que el niño quiera alargar más la comida.
 
Tener un menú establecido, con comidas variadas, ayuda a la organización y evita que haya cambios de última hora o que se abuse de la comida rápida.
 
Anticiparle el menú o ponerlo en un lugar visible. "Ya sé que te gustan mucho las croquetas, pero no las cenaremos hasta el viernes por la noche". Si cambiamos continuamente el menú en función de sus gustos es muy posible que acabe rechazando todas las comidas.
 
Limitarle el tiempo (30 min aprox). Si tenemos un reloj a la vista es bueno decirle de cuanto tiempo dispone. Llegado el momento se la retiraremos sin decir nada ni ponernos nerviosos. Eso sí, le advertiremos que no habrá más comida hasta la siguiente hora establecida.
 
No pasa nada si no hace una comida. No debemos sustituirla por otra que le guste más o darle el doble de merienda, porque entonces estaremos premiando y reforzando su conducta. "Es imprescindible que llegue a las comidas con hambre".
 
Comer en familia ayuda bastante, que vea que el resto de los miembros comen de todo y que sea un rato agradable y distendido donde el tema de conversación no debe ser la comida (has comido poco, no has comido nada, come, come, come).
 
Los niños con problemas para comer suelen establecer una relación de rechazo con los alimentos. Para que haya un acercamiento es bueno que realicen actividades como acompañaros a la compra o participar en la elaboración de alguna receta. En definitiva, promover que toquen, huelan y prueben los alimentos en un contexto positivo y sin presiones.
 
Los gustos hay que respetarlos pero no pueden afectar a grupos enteros de comida (podremos aceptar que le guste el brócoli y no las judías, pero no que no pruebe ninguna verdura). Siempre es mejor ponerle poquito y que repita que no poner mucho y que se agobie.
 
El comedor escolar puede ser positivo ya que son menús variados, sin opción a cambios y con rutinas muy establecidas. Además, ver que otros niños toman alimentos que ellos rechazan puede despertar su curiosidad.
 
"Reconocer y reforzar todo lo que hace bien. Tenemos que enseñarles a ser los protagonistas por los motivos adecuados".
 

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