domingo, 25 de octubre de 2015

CÓMO HABLAR A LOS NIÑOS DEL CÁNCER

El 19 de octubre ha sido el Día Mundial de la lucha contra el cáncer de mama.
 
Desde este blog me sumo a ella intentando poner mi granito de arena, haciendo lo qué sé hacer, hablando sobre los niños.
 
Y es que cuándo alguien que tiene niños pequeños, o no tan pequeños, se enfrenta a un diagnostico de cáncer, entre sus muchas preocupaciones, a menudo, se encuentra también la de cómo decírselo a sus hijos.
 
Mi opinión personal es que los padres no deben ocultar esta situación a los niños, entre otras cosas, porque es imposible mantener un cáncer en secreto. Los niños escuchan conversaciones (incluso cuando parecen que no están escuchando) y también notan las preocupaciones de los padres, siendo capaces de percibir cuando algo no va bien.
 
Si ellos piensan que se les está ocultando algo tenderán a atemorizarse y a ponerse en lo peor.
Si  se enteran por otra persona, al miedo se sumará la desconfianza.
Además, el esfuerzo que conlleva mantener algo así en secreto puede no ser recomendable para la persona que está enferma.
 
No saber lo que está pasando puede ser una experiencia muy angustiosa para el niño, por lo que es necesario hablar con ellos sobre la enfermedad y anticiparles los efectos secundarios que el tratamiento podría causar.


¿CÓMO INFORMAR A LOS NIÑOS? 
 
Lo importante aquí es contar la verdad de una manera en la que el niño lo pueda comprender y a su vez, le ayude a prepararse para los cambios que van a venir.
 
La edad juega un papel fundamental: hasta los 8 años no es necesario dar muchos detalles. Pero los niños más mayores y los adolescentes necesitarán más información.
 
Buscar un momento tranquilo en el que no vaya a haber interrupciones. Quizá sea bueno hablar a solas con cada uno de los hijos para poder adaptar la información a su nivel de comprensión. Planificar qué se les quiere contar y cómo responder a sus preguntas. El objetivo es establecer una base de confianza para que el niño acuda a vosotros con sus inquietudes y preocupaciones. Y por supuesto, no bastará con una sola conversación, habrá que tener varias durante y tras el tratamiento.
 
En una primera conversación hay que darles la información básica: el nombre del cáncer (cáncer de seno o  mama, leucemia, linfoma, etc), la parte del cuerpo donde se encuentra, cómo será el tratamiento y los cambios que les esperan en sus vidas diarias. Después de la explicación es bueno animarles a que hagan preguntas, si no las tienen en ese momento dejarles claro que os las pueden hacer más adelante. Cómo en todo la actitud con la que se lo comuniquéis va a jugar un papel imprescindible (no pasa nada si se llora, es una enfermedad seria pero con esperanza de cura).
 
A los niños pequeños, sobre todo, puede preocuparles que la causa de la enfermedad sea algo que ellos hayan hecho (es bueno aclarar este tema porque hay niños que se pueden sentir culpables y no decir nada). También, temas como si es contagiosa y otros familiares o ellos mismos pudieran enfermar.
 
Anticipar los cambios en las rutinas, así ellos recibirán el mensaje de que papá y/o mamá siguen al mando y se seguirán ocupando de sus necesidades.
 
Sobre todo y lo más importante para los hijos, como en todas las situaciones de la vida, trasmitirles lo muchísimo que se les quiere.
 
Todo mi cariño y mi ánimo para aquellas personas que sufren o han sufrido esta terrible enfermedad. No estáis sol@s.
 
 

 

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