sábado, 10 de octubre de 2015

CARACTERÍSTICAS EVOLUTIVAS DE LOS 3 A LOS 6 AÑOS.

Como os comentaba en el post anterior creo que es importante que los familias conozcáis las características  evolutivas de las diferentes etapas que se suceden en el desarrollo infantil, puesto que así sabréis qué sucede en cada momento y podréis atender mejor las necesidades de vuestros hijos ofreciéndoles pautas y estímulos adecuados.

Lo que un niño es capaz de hacer en un determinado momento depende de su maduración física, psicológica y emocional y de las posibilidades que le ha ofrecido el entorno en ese momento, es decir,  de sus circunstancias.

¿QUÉ PASA EN LA ETAPA DE LOS 3 A LOS 6 AÑOS?

El bebé crece de manera acelerada. Su capacidad para hacerse entender se multiplica. Su mundo empieza a ampliarse y sus intereses van en aumento. Va descubriendo nuevas habilidades y las va poniendo a prueba. Ha avanzado mucho, pero todavía le queda un largo camino por recorrer.

La curiosidad es su principal motivación. Es muy intensa y debemos aprovecharla para enseñarles a explorar con seguridad y a buscar respuestas. Están descubriendo el mundo y es la época de aprender a través del juego y la experimentación. Hay que dejarles que experimenten, que manipulen, que descubran y que jueguen. Así, poco a poco se irán adueñando del conocimiento experimentando el placer de hacerlo. Es decir:

  • Darles la libertad de explorar con seguridad.
  • Guiarlos sin presionarlos.
  • Responder adecuadamente a sus preguntas.
¿Cómo?
  • Con respeto y atención.
  • Con pocas palabras, siendo concisos. No necesitan ni entienden grandes discursos.
  • Dejando la explicación abierta para, que si quieren, piensen y hagan más preguntas.
  • Con la libertad de no responder a todo si no es el momento o no tenemos la respuesta. Podemos decirles: "Me gustaría pensar bien eso...más tarde hablamos". Y luego, hacerlo aunque no nos lo recuerden.
  • A veces, puede ser interesante devolverles la pregunta: "¿Y tú qué piensas?".
  • Otras veces también podemos guiarlos hacia un libro o hacia otra persona que pueda tener la respuesta.
Coordinación y destreza motora han aumentando considerablemente y, aunque no todas, ¡ya hay muchas cosas que pueden hacer por sí mismos!
  • Dejándoles hacer lo que pueden les estamos ayudando a fortalecer el gusto por la autonomía, a practicar y mejorar sus habilidades y a aprender a gestionar y solucionar dificultades.
  • Si les dejamos hacer sin ponernos nerviosos (para esto deberemos calcular el tiempo que les va a llevar hacer las cosas solitos y tenerlo en cuenta en la planificación diaria) ellos reciben un claro mensaje que les da seguridad, confianza en sus posibilidades y que los estimula a avanzar.
  • Seguramente tengan ideas inusuales, sino implican peligro podemos aceptar su creatividad. Atreverse a pensar soluciones novedosas es una herramienta práctica muy importante en la vida y ayuda a ser personas competentes.
  • Si aceptamos y toleramos sus errores aprenderán algo muy importante: "hacer implica equivocarse" y que "no se debe temer a las dificultades, sino que hay que aprovecharlas para mejorar las estrategias y seguir intentándolo hasta lograr el objetivo".
Aprender a controlar sus emociones: suelen ser muy fuertes y aún les cuesta bastante controlarlas.
 
El autocontrol es la capacidad de resistir las ganas de hacer algo que no debe. Es la habilidad del niño para decir "no" a algo que le gusta pero que le traerá malas consecuencias. Esto le ayudará a aprender a utilizar estrategias para aumentar el control sobre sí mismo.
  • Tener más lenguaje favorece al desarrollo del autocontrol. Los adultos podemos ayudar significativamente a este preceso siendo buenos ejemplos de ello  (recordar que somos modelos de conducta) y hablando de nuestras emociones (para comunicar que estamos enfadados no hace falta gritar). "me siento triste o me enfado cundo no recoges los juguetes".
  • Es bueno que vean que nos enfadamos, nos entristecemos, nos alegramos, etc. Pero aquí lo más formativo es trasmitirles que no nos dominan las emociones. Si nos enfadamos mucho podemos alejarnos hasta que se nos pase y así actuar de manera inteligente sin dejarnos llevar por nuestros impulsos.
  • Alejarse de la tentación, también es un buen recurso que podemos enseñarles para lograr controlar los impulsos.
  • Utilizar estrategias como las autoinstrucciones les pueden ayudar mucho. Muchos niños pequeños utilizan, natural e instintivamente, el recurso de hablar consigo mismos. En momentos difíciles, podemos ayudarlos a decirse frases como: "calma Pablo, no te enfades" "respira hondo y aléjate" "no se debe pegar a las personas", etc.
Facilitarles situaciones y contextos sociales en los que puedan aprender y poner en práctica éstas habilidades:
  • Los niños cuando aprender a relacionarse con sus semejantes descubren un mundo de alegrías y desafíos.
  • Sólo en la relación con los iguales se estimula y aprende el complejo intercambio social.
  • Con la práctica logra desarrollar estrategias para relacionarse: sumarse a un juego, pedir algo que quiere, defenderse de una agresión, etc.
  • Los conflictos en la amistad empiezan muy pronto. "Enseñarles a resolver conflictos sin violencia es uno de los objetivos más importantes de la educación".
Poner límites es una demostración de amor y responsabilidad. Haciéndolo les estamos enseñando qué es lo que está bien y lo que está mal. (Ver el artículo publicado en este blog: Límites y consecuencias. No castigos):
  • Les estamos permitiendo desarrollar la capacidad de ajustarse inteligentemente a las normas.
  • Se sienten más seguros, cuidados y valorados.
  • Les estamos dando una estructura comprensible que les permite entender lo que pasa a su alrededor. Señalándoles el camino que consideramos más favorables para ellos.
 

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